Del líder medioambiental

Hace unos años, una auditoría del programa Energy Star de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos sacó a la luz algunas realidades inquietantes. Los auditores, haciéndose pasar por empresas reales, consiguieron la etiqueta Energy Star para más de una docena de productos falsos, entre ellos un "purificador de aire" que no era más que un calefactor con un plumero pegado encima.

¿Cómo ocurrió? Además de una evidente falta de supervisión en aquel momento, al programa le faltaba un componente fundamental: la verificación. Y aunque el programa Energy Star se ha renovado desde entonces para colmar estas lagunas, las certificaciones sin verificación siguen existiendo, lo que supone una amenaza real para la reputación de las empresas que compran y fabrican esos productos.

La certificación es sólo el primer paso

A medida que las empresas tecnológicas se esfuerzan por satisfacer la demanda de los compradores de productos electrónicos seguros y responsables y por adelantarse a las normativas, los compradores disponen de más datos y declaraciones de producto que nunca para evaluar. Afortunadamente, muchos ordenadores y equipos informáticos vienen ahora con una certificación basada en el impacto ambiental (y, en algunos casos, social).

Pero antes de aceptar cualquier certificación al pie de la letra, es importante entender qué hay detrás de ella. Para que un producto obtenga TCO Certifiedpor ejemplo, primero se comprueba su rendimiento y ergonomía. A continuación, se verifican todas las declaraciones medioambientales. Las fábricas que fabrican productos certificados también deben superar auditorías sociales de terceros. Estos procesos son largos, complejos y costosos, sobre todo para los compradores. Al mismo tiempo, no verificar la conformidad de los productos es arriesgado, porque ningún comprador quiere descubrir que los productos "sostenibles" que creía haber adquirido utilizan en realidad fábricas en el extranjero con malas condiciones laborales; o que no cumplen normas medioambientales de primera categoría.

En otras palabras, la certificación de sostenibilidad es algo más que una etiqueta que se pone en una caja al salir de la cadena de montaje. Si quieres tener confianza en los productos electrónicos que compras, es importante saber que se incluye la verificación por terceros.

Cinco maneras de asegurarse de que sus aparatos electrónicos son tan sostenibles como dicen

  1. Insista en la independencia. Para la verificación es fundamental el papel de las organizaciones de verificación independientes, reconocidas en todo el mundo y especializadas en electrónica, responsabilidad social o sostenibilidad. Como las pruebas y la verificación se realizan con independencia del fabricante y de la organización certificadora, los compradores pueden estar más seguros de que el producto cumple sus requisitos de sostenibilidad.
  2. Probar y volver a probar. Incluso después de certificar un producto, es probable que ese modelo sufra pequeñas actualizaciones de diseño durante su vida útil. Es importante que los expertos de terceros prueben y vuelvan a probar continuamente estos productos a lo largo del tiempo para garantizar que siguen cumpliendo los criterios especificados y las reivindicaciones del producto. También es fundamental que cada centro de pruebas acreditado pueda ofrecer resultados precisos y repetibles de las pruebas de los productos, y eso requiere pruebas "de ida y vuelta" entre las instalaciones, para garantizar la coherencia de los métodos de prueba, la calibración de los equipos y la interpretación de los criterios.
  3. Auditar las condiciones sociales de la fábrica. A medida que las empresas avanzan en la medición de la responsabilidad social, aprenden que para evaluar la fabricación socialmente responsable de un producto es necesario actuar sobre el terreno. Visitar las fábricas -independientemente del país en que se encuentren- es imprescindible; y cuando se identifican medidas correctoras, los verificadores pueden volver a esas mismas fábricas para comprobar que se han aplicado.
  4. Personalizar la responsabilidad social. Educar a los directivos de la empresa a lo largo del proceso de certificación no sólo les hace más conscientes de las cuestiones medioambientales y sociales, sino que les conecta de forma personal con el papel que desempeñan para hacer del mundo un lugar mejor. Cada marca con la que trabaja TCO Development nombra a un representante de la alta dirección responsable de implantar mejoras de responsabilidad social en la fábrica. Y cada año, ese líder participa en una revisión exhaustiva de los progresos y objetivos del fabricante.
  5. Verifique las declaraciones de los productos. No basta con verificar los productos: los compradores también necesitan confiar en las afirmaciones que hacen esos productos. Por eso es fundamental que los certificadores lleven a cabo una vigilancia continua del mercado para asegurarse de que sólo los productos certificados se promocionan como tales, y de que las comunicaciones de las marcas en torno a los modelos de productos certificados son precisas.

Confiar, pero verificar

Los compradores de todo el mundo están cada vez más preocupados por asegurarse de que los productos electrónicos que adquieren cumplen los objetivos de responsabilidad medioambiental y social de su empresa. También dedican mucho tiempo y dinero a aprender cómo hacerlo, ya que la reputación de la empresa y la responsabilidad de la cadena de suministro se están convirtiendo en factores críticos de éxito.

Pero no tienen por qué hacerlo solos.

Con la certificación y la verificación, los fabricantes de productos electrónicos pueden cumplir sus compromisos de sostenibilidad con los accionistas. Pero aún más importante es que se ganarán la confianza de sus clientes, y sea cual sea su negocio, no hay nada más valioso que eso.