Las nuevas normas de la UE sobre diseño ecológico y etiquetado energético se aplicarán a los teléfonos inteligentes y tablets a partir del 20 de junio de 2025. Como parte del esfuerzo por alargar la vida útil de los productos mejorando la posibilidad de reparación, actualización y duración de las baterías, estas normas pretenden informar mejor a los compradores sobre cuánto durará la batería de un dispositivo, lo fácil que es repararla y lo bien que debería resistir el paso del tiempo.

Blog de:
Andreas Nobell
Todos estamos de acuerdo en que permitir una compra más informada es un paso positivo. Sin embargo, para que esto tenga un impacto real, los compradores deben poder confiar en las afirmaciones de sostenibilidad realizadas por los fabricantes. Nuestros más de 30 años de experiencia en la gestión de TCO Certified demuestran que estas afirmaciones deben verificarse de forma independiente, especialmente en el complejo sector de la electrónica. Sin una verificación independiente, el riesgo de lavado verde sigue siendo alto.
¿Podrán los compradores fiarse de las afirmaciones?
Para cumplir las nuevas normas, los fabricantes deben introducir la documentación técnica y una declaración de conformidad en la base de datos del Registro Europeo de Productos para el Etiquetado Energético (EPREL) antes de vender sus productos en la UE.
Sin embargo, las normas carecen de un elemento crucial: el requisito de verificación independiente de los datos facilitados. Toda la información sobre sostenibilidad que se ponga a disposición de los compradores será autodeclarada por los fabricantes.
Los riesgos de la autodeclaración
¿Por qué es importante? Tomemos como ejemplo la duración de las baterías. Las próximas normas de la UE exigen que las baterías de los dispositivos móviles conserven al menos el 80% de su capacidad después de 800 ciclos, un valor de referencia más alto que el que se suele probar hoy en día. Según nuestra experiencia con TCO Certified, la mayoría de las baterías se someten a pruebas de 300 ciclos.
Una vez más, las normas de la UE no exigen la verificación independiente de los resultados de las pruebas de estas baterías autodeclaradas, ni la presentación de los informes de las pruebas. Esto crea un claro riesgo de lavado verde, de engaño a los compradores y, en última instancia, de no obtener los beneficios de sostenibilidad previstos.
Sin verificación, la puerta al lavado verde sigue abierta
Uno de los resultados previstos de estas nuevas normas es capacitar a los consumidores y compradores institucionales para seleccionar productos basados en información creíble sobre la vida útil de las baterías y su reparabilidad. Sin embargo, los criterios ambiciosos sólo tienen sentido en la medida en que lo tenga el sistema que verifica su cumplimiento. En la práctica, la verificación independiente es la única forma de garantizar la transparencia y la precisión, permitiendo a los compradores tomar decisiones realmente informadas que apoyen la sostenibilidad.
La pregunta importante sigue siendo: ¿Quién verificará la exactitud de estas declaraciones? En una categoría de productos compleja y plagada de atajos y lagunas, la experiencia demuestra que la verificación independiente es esencial para progresar.
Escucha a Andreas Nobell hablar sobre cómo funcionan la longevidad y la reemplazabilidad de las baterías en TCO Certified.