El Ayuntamiento de Aalborg fue pionero en la contratación circular en Dinamarca con un proyecto de mobiliario escolar en 2016. Fue la primera licitación totalmente circular del país y atrajo una gran atención. Hace dos años, el ayuntamiento amplió su enfoque de circularidad para incluir también los productos informáticos.

"Cuando empezamos a hablar con los departamentos de TI, nos dijeron que su único objetivo era conseguir equipos informáticos para que los empleados pudieran hacer su trabajo. Utilizan el 2,5% del presupuesto total de adquisiciones y no habían incluido la sostenibilidad en sus demandas", afirma Birgitte Krebs Schleemann, gestora de proyectos de adquisiciones sostenibles del Ayuntamiento de Aalborg.

Está trabajando para implantar prácticas de compra circular en el ayuntamiento y ha colaborado con el personal informático y la dirección para incorporar elementos circulares y sostenibles a los procesos y hábitos cotidianos.

La ciudad de Aalborg tiene siete departamentos políticos distintos, todos ellos con sus propios departamentos de TI. Esto hizo que el proceso de cambio fuera más extenso y complejo. El primer paso que dio Birgitte fue entrevistar a todos los equipos informáticos del municipio para conocer su actividad diaria y sus prioridades.

"Visité los siete departamentos, haciendo una serie de preguntas. ¿Cómo compran los equipos? ¿Con qué frecuencia se sustituyen los portátiles? ¿Reparan los productos y cómo se deshacen de los que ya nadie utiliza?".

"Nunca antes habían hablado de esto. Era un mundo completamente nuevo para ellos. Al principio pensé que los siete departamentos eran muy diferentes, pero luego me di cuenta de que todos necesitaban lo mismo. Ha sido un proceso largo, porque cada departamento quería hacerlo a su manera".

Birgitte se enteró de que los ordenadores portátiles solían desecharse al cabo de tres o cuatro años. Los departamentos de informática no veían ningún valor en los productos informáticos desechados, solo querían ayuda para deshacerse de ellos.

"En cuanto se dieron cuenta de que podían recuperar algo de dinero por nuestros equipos usados, este argumento desapareció".

Sólo tres de los siete departamentos tenían acuerdos con alguien que se hiciera cargo de los equipos usados, y obtenían muy poco dinero a cambio.

Los acuerdos mal formulados también impedían la circularidad. Según un acuerdo con un proveedor, la ciudad de Aalborg recibía un descuento en las nuevas compras si se destruían los equipos antiguos. Además, descubrió que uno de los mayores obstáculos para la reventa de productos informáticos era una antigua política que obligaba a grabar el logotipo de la ciudad en todos los ordenadores portátiles.

Fue una decisión política de una época en la que los ordenadores eran extremadamente caros y el debate sobre la sostenibilidad y la circularidad era inexistente. Estos factores hacían casi imposible la reutilización y la reventa. En su lugar, la gran mayoría de los ordenadores y teléfonos en pleno funcionamiento se convirtieron en residuos electrónicos.

Una vez realizados estos descubrimientos, Birgitte empezó a identificar formas de aplicar prácticas más sostenibles, sobre todo en lo que respecta a la vida útil de los productos y su gestión al final de su vida útil. Calculó que, simplemente conservando los ordenadores portátiles seis años en lugar de tres, la ciudad podría reducir las emisiones de CO2 equivalentes a calentar y suministrar energía a todos los edificios municipales de la ciudad durante todo un año. También se reducirían los residuos equivalentes a los producidos anualmente por 3.000 hogares.

¿Alguien se opuso a estos cambios?

"Los departamentos de informática se mostraron positivos: lo que les daba miedo era, en parte, cambiar sus hábitos, pero sobre todo, el coste potencial. Pensaban que la sostenibilidad sería cara y que nadie estaría interesado en comprar nuestros viejos equipos, aunque sólo tuvieran tres años. También habían hecho cálculos que demostraban que sería demasiado caro mantener un portátil más de tres o cuatro años, debido a las horas de personal necesarias para las actualizaciones y el mantenimiento una vez expirada la garantía".

Birgitte explica que los beneficios económicos serán aún mayores en el futuro porque recientemente se ha dado marcha atrás en la anterior política del ayuntamiento de grabar su logotipo en todos los ordenadores portátiles. El marcado se sustituirá por pegatinas extraíbles y etiquetado con ADN. Esta decisión ahorrará dinero -porque el grabado es caro- y generará más ingresos, ya que aumentará el valor de los ordenadores usados en el mercado de segunda mano. Y, por supuesto, más ordenadores tendrán ahora una segunda vida.

En la actualidad, los siete departamentos de TI tienen un acuerdo con una empresa de reparación y reventa que se ocupa de sus productos informáticos usados. El siguiente paso será optimizar el acuerdo para incluir soluciones aún mejores de sostenibilidad y circularidad, como especificaciones de cuántos portátiles y teléfonos móviles se reutilizarán, repararán, usarán como piezas de repuesto o para el reciclaje de materiales.

También les gustaría incluir requisitos de transporte y embalaje para minimizar el uso de materias primas vírgenes y las emisiones de CO2.

¿Cómo describiría esta evolución?

"Han pasado muchas cosas. Conseguir que la gente se comprometa ha sido el primer paso y un viaje interesante. El compromiso del personal informático y la dirección es ahora realmente bueno, y veo que hay mucha fruta madura lista para recoger. Sólo tenemos que ponernos en marcha".