Comprar ordenadores, pantallas y otros productos informáticos es una necesidad para la mayoría de las organizaciones, pero estas compras también entrañan importantes riesgos de sostenibilidad. Para evitar contribuir a problemas graves como emisiones nocivas, infracciones de la legislación laboral u otros riesgos para la salud y la seguridad de los trabajadores, hay que equilibrar aspectos tradicionales como el precio y el rendimiento con el riesgo medioambiental y social.

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Este texto forma parte de nuestro último informe, Impacts and Insights: Navigating the Sustainable IT Revolution - The critical role of independent verification. El informe ayuda a compradores de todo el mundo a verificar con precisión los aspectos sociales y medioambientales de sus compras.

Los riesgos de la cadena de suministro son siempre un reto importante en el proceso de adquisición. La cadena de suministro de TI, cada vez más compleja, ha abierto el acceso a una amplia gama de ordenadores y dispositivos móviles baratos pero de alto rendimiento. Pero el hardware informático es un negocio arriesgado en todas las fases del ciclo de vida, desde la extracción de las materias primas hasta el usuario final y más allá. Los compradores deben gestionar los riesgos de sostenibilidad desde la perspectiva del ciclo de vida.

Stephen Fuller, experto en responsabilidad social de TCO Development, relaciona los precios bajos con los riesgos: "En la producción de un dispositivo informático intervienen miles de trabajadores. Una de las principales razones por las que el precio y el valor siguen siendo bajos es que estas complejas cadenas de suministro dificultan la gestión de los riesgos relacionados con los derechos humanos y contienen una elevada concentración de mano de obra barata", afirma.

"La característica que define claramente la cadena de suministro de la electrónica es su complejidad"

Un ordenador portátil puede servir de ejemplo. Antes de llegar al usuario final, su contenido ha viajado desde las minas a través de una red de fundiciones, refinerías, fabricantes de subcomponentes y fábricas, incluido el montaje final. En cada paso existe un riesgo medioambiental y social, que luego se transmite directamente al comprador.

Pamela Brody-Heine, Senior Director de la Red de Producción de Electrónica Limpia (CEPN), explica: "La característica que más claramente define la cadena de suministro de la electrónica es su complejidad. Es habitual que en ella intervengan más de media docena de niveles, y las relaciones con los proveedores no suelen ser lineales. Cuanto más se profundiza en la cadena de suministro, más difícil -casi imposible- es saber qué prácticas se utilizan", afirma.

Es extremadamente difícil para una organización individual gestionar y seguir por sí misma todos los riesgos de suministro relacionados con la electrónica. Además de la enorme cantidad de pasos que hay que dar, la fabricación puede trasladarse a instalaciones diferentes y los ingredientes de las sustancias químicas utilizadas en la producción pueden cambiar. Supervisar la dinámica de la industria y una cadena de suministro cambiante va mucho más allá de la capacidad de la mayoría de los compradores y también requiere conocimientos especializados.

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Lavado verde: práctica consistente en hacer afirmaciones falsas o no verificadas sobre los aspectos medioambientales de un producto.

Bluewashing: Práctica consistente en hacer afirmaciones falsas o no verificadas sobre los aspectos sociales de un producto.

También es importante señalar que este trabajo está fuera del alcance y la capacidad de un gran número de ecoetiquetas. Como consecuencia, los compradores que utilizan ecoetiquetas que no verifican lo que ocurre en la producción deben confiar en las autodeclaraciones no verificadas de los fabricantes. En muchos casos, los resultados distan mucho de ser exactos. Sin la presencia sobre el terreno en fábricas y laboratorios de pruebas, ¿cómo pueden saber los compradores si un producto se fabrica en condiciones de horas extraordinarias forzosas o no?

¿Y cómo pueden saber si un dispositivo contiene sustancias químicas peligrosas no probadas o si un trabajador entra en contacto con un disolvente peligroso para limpiar el producto antes de enviarlo? Sin verificación, estos datos sencillamente no están disponibles.

La recopilación de datos, la transparencia y la búsqueda de mejores alternativas constituyen un gran reto, incluso para los compradores experimentados. Las exigencias de responsabilidad medioambiental y social por parte de los equipos de compras marcan la diferencia en la cadena de suministro de TI, pero se necesitan pruebas no solo para evitar greenwash, bluewash y las afirmaciones vacías sobre sostenibilidad, sino para verificar que se protege a los trabajadores y que realmente se aplican prácticas más seguras.