El "greenwashing", es decir, el uso de alegaciones medioambientales inexactas o exageradas, se está convirtiendo en un problema clave para los compradores profesionales. Las certificaciones de sostenibilidad son una forma de hacer frente al "greenwashing", pero solo si son creíbles. Niclas Rydell, Director en TCO Development, nos da algunos consejos sobre lo que hay que buscar en una etiqueta ecológica creíble.
"El ecoetiquetado puede ser una herramienta muy buena para luchar contra el lavado verde", afirma Niclas Rydell. "Pero también hay etiquetas que contribuyen al lavado verde. Pueden ser las propias etiquetas de la industria, o pueden ser etiquetas independientes que no reúnen suficientes pruebas para respaldar sus afirmaciones."
¿Qué hace creíble a una etiqueta ecológica?
¿Qué hay que hacer para asegurarse de que una etiqueta ecológica no da lugar a un "lavado verde" y de que las afirmaciones que hace son fiables y creíbles? Niclas Rydell identifica las siguientes características clave:
- Criterios: pertinentes, realistas, holísticos y verificables.
- Prueba: garantizar el cumplimiento de los criterios
- Seguimiento: cumplimiento garantizado durante todo el periodo de validez de un certificado
- Transparencia: ¿cómo informa una etiqueta sobre los impactos que genera?
Criterios
Los criterios de la etiqueta ecológica deben ser pertinentes para el producto al que se concede. También deben ser realistas: no deben ser innecesariamente estrictos ni fáciles de cumplir. Esto ayuda a los compradores a decidir con conocimiento de causa qué productos logran realmente los beneficios que afirman.
Las etiquetas ecológicas deben ser holísticas y abarcar todo el ciclo de vida de un producto. Y las etiquetas de sostenibilidad deben incluir aspectos sociales además de medioambientales, como unas condiciones laborales justas. Por último, los criterios deben poder verificarse.
"Debe ser posible verificar todos los criterios establecidos. Los criterios imposibles de verificar no deben utilizarse en una etiqueta ecológica creíble", afirma Niclas Rydell.
Una etiqueta ecológica puede no valer tanto como se esperaba si sus criterios están desfasados o son irrelevantes, por ejemplo si los criterios incluyen aspectos insignificantes de un producto. Los métodos de prueba que tienen tantas lagunas que cualquier producto podría pasar también socavan la credibilidad de una etiqueta ecológica. Niclas Rydell señala que a menudo es difícil que los compradores conozcan esas lagunas.
Si los criterios de la etiqueta ecológica son erróneos en estos aspectos, acabaremos teniendo una etiqueta basada en afirmaciones exageradas y engañosas que pueden parecer impresionantes pero que en realidad tienen poco o ningún impacto en la sostenibilidad.
"Esto puede desviar a los compradores de otras etiquetas que generan auténticos beneficios de sostenibilidad", explica Niclas Rydell.
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